Compañeros, he de decir que os echaré de menos, desde luego hemos compartido grandes momentos juntos, pero alguien ha decidido que no tenemos que volver a vernos nunca más.
Os dedicaré mi despedida, a ti, al que pecaba de lujuria, a ti, que pecabas de gula, a ti, que pecabas de pereza, a ti, quien pecaba de soberbia, a ti, al que pecaba de envidia, a ti, que pecabas de ira, y a ti también, que pecabas de avaricia.
Se supone que por cometer estos "pecados" no alcanzaréis el paraíso con el que todos sueñan, si no que deambularéis para siempre por las sinuosas y tenebrosas tierras de la niebla, porque Dios no ve justo perdonaros... ¿perdonaros?
Yo creo que no hay nada que perdonar, al fin y al cabo somos humanos y esos son nuestros impulsos, pero... si a vosotros os ha tocado ese destino por pecar de uno de los pecados capitales... ¿qué me deparará a mí el futuro?, que he pecado de todos ellos, y he de decir que no me arrepiento, porque soy humano y esa es mi condición.
Queridos compañeros, espero que allá dónde os encontréis podáis disfrutar de la vida que aquí os han quitado.
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