lunes, 11 de febrero de 2013

El viaje

(Primera parte)

Abrió los ojos y se encontró allí tendida, sola y con un resplandeciente sol iluminando todo lo que alcanzaba a ver. Poco a poco fue levantándose, moviéndose como podía. Sentía las articulaciones algo rígidas y estaba un poco enterrada en la arena... Arena, eso le respondía a la gran pregunta. Se encontraba en un desierto.

Cuando consiguió ponerse en pie solo podía observar cómo el vasto mar de arena y dunas se extendía más allá del horizonte que ella era capaz de divisar. Había algo extraño en ese desierto, la luz, posiblemente. Todo era anaranjado, el Sol, aunque resplandeciera en su cenit, tenía una luz suave, no acaloraba ni asfixiaba, y le daba a todo un tono naranja que hacía aquel inhóspito desierto un lugar agradable a la vista. Quizá mucho más agradable si no se encontrara sola.

Aún con arena encima fue caminando paso a paso mientras observaba todo lo que llegaba a ver, que no era poco. El desierto hacía honor a su condición y no mostraba señales de vida alguna, por lo menos no de momento, porque no muy lejos de donde se hallaba había unas estructuras de una apariencia ancestral y, se podría decir, en ruinas, aún así algo en ellas llamaba la atención. Mientras se acercaba a las estructuras podía ver que parecía una parte de lo que una vez pudo ser un templo. Iba sintiendo cómo le volvían las fuerzas, aquel desierto le había devuelto toda la energía perdida en su despertar, pero no es lo único que le transmitía la imagen de la anaranjada arena bajo la suave luz del Sol. Bienestar. Algo en aquél lugar le hacía sentir como en casa, le envolvía en algo que rompía los límites de los sentidos físicos. Le gustaba ese desierto.

Mientras recorría duna tras duna, resbalaba por algunas, deslizándose entre la delicada arena. Y así, paso a paso y caída tras caída llegó hasta la estructura.

Lo que veía no le sonaba familiar de ningún modo, pero le intrigaba. ¿Es posible que nunca haya visto monumentos (o lo que quedaba de ellos) como tales en la televisión o internet? Del suelo de arena surgían una especie de pilares de unos dos metros, con un agujero del tamaño de una cabeza a los 50 centímetros del extremo, aproximadamente. Había cuatro pilares como aquél, un par de ellos algo torcidos en comparación con los otros dos, y justo en el centro había una especie de altar semiderruido y con cierta inclinación hacia la izquierda. La estructura era de un color gris oscuro, y algo azulada en algunas zonas. No había señal alguna de personas en aquel sitio, pero sí había algo que le llamó mucho más la atención de la ausencia de vida. Justo en el centro del altar había una nota. En un papel de color amarillento se podía leer en unas letras de estilo algo arcaico la siguiente frase:

"¿Has pensado que tal vez naciste para esto?"

viernes, 8 de febrero de 2013

Por el bien de la venganza

Otra vez lo he perdido todo.

Prometí que habría una última vez, pero esto me supera. No puedo controlarlo, siento cómo corre por mis vengas e invade cada una de mis células. ¿Me estoy convirtiendo en un monstruo?

Otra vez más, sangre a mi alrededor. Otra vez más, ojos vacíos de vida pero llenos de miedo me observan. ¿Alguna vez te has preguntado cómo tiene que sentirse ser lo último que alguien ve en la vida? Yo ni si quiera me lo había planteado y mira, otra víctima más se suma a mi maldita cuenta.

El futuro es negro.

MI futuro es negro, negro como las pupilas dilatadas en la noche, que pierden su esencia cuando yo me acerco. No necesito nada más que andar... Andar cerca de alguien para que sientan agujas en su interior. Soy un monstruo que va más allá de lo tangible.

La injusticia, ese es el detonante. Mi perdición. Bien, bien, alguien que lucha por la justicia no puede ser malo, ¿eh?... ¡Ja! ¿Soy malo? Cuando la injusticia llega a mis sentidos y pierdo todo control sobre mi ser, cuando despierto y todo ya ha acabado, cuando ya hay otro cuerpo sin alma frente a mí.

Muchas veces he dicho que puedo controlarlo... ¡Que no habrá otra vez! Y a quién quiero engañar con eso, no es más que una mentira blindada de buenas intenciones.

Ya es la hora, he de irme, no hay crimen sin castigo y los verdugos ya buscan al criminal. Me buscan a mí. Querido lector, que lees las palabras de un monstruo, quiero que sepas que los monstruos en ocasiones tienen corazón. Aún he de averiguar si es ese mi caso.

miércoles, 2 de enero de 2013

Sangre desatada

"Llevo una sangre maldita desde hace siglos..."

Y soy castigado por ello. No ven en mí una persona, si no un asesino más, sin moral ni piedad. Je... ¿Lo soy?

He matado, lo confieso, pero eran ellos o yo. No existe la "muerte justificada", pero solo di muerte a los que querían ver mi cabeza separada de mi cuerpo y lo demostraron. Vale, vale, soy un asesino, pero eso me ha salvado la vida. Aún no tengo justificación, ¿eh?, vale, vale, lo entiendo.

Antes de apuñalarme y atravesarme con vuestras balas, por favor, pensad un momento, mi último deseo. Me queréis ver muerto por cosas más allá de las muertes, ¿no?, no me queréis a mí en una tumba, queréis a mi sangre, mi linaje... El demonio que vive en mi herencia. Pues bien, no cambiaré mi juicio ni veredicto con vosotros, intentáis matarme, como tantos...

No duermo bien desde que segué la primera alma, es lo cierto, ¿creéis que matar es una afición para mí?, es una espina que se va clavando cada día más en mi alma ya desgarrada.

Queréis una muerte y un demonio expulsado, ¿verdad?... No lo tendréis gratis.

Tal vez el loco sea yo, pero me enfrento a un mundo que me acusa de asesino, cuando solo salvé mi vida de otros asesinos. He acabado con vidas para seguir viviendo. Hmm... ¿Tal vez es que me quiera demasiado? No, no lo es.

Está bien, está bien, queréis mi muerte y con ella el fin de un demonio, pues adelante, aquí me tenéis.

...

Ah, una cosilla antes de nada... La justicia moral será igual para todos, y como yo, al matarme a mí, un asesino, os uniréis al club, ¿eh?, je...


domingo, 2 de diciembre de 2012

Testamento

Acuérdate mi nombre pues es el nombre de un loco, un loco que cambiará el mundo. Recuerda mi cara, es la cara que verás sonreír al morir, pues moriré dejando un mundo libre. Y si no me crees, el futuro hablará por mí, debido a que el futuro no es más que el testimonio de lo que hoy haga aquí. Dejaré una carta escrita en la cual mi historia pueda ser leída, pero esa carta será escrita por el mundo y no por mí, yo tengo cosas que hacer ahora.

El mundo necesita un cambio, y si nadie está dispuesto a cambiarlo, ¡yo lo haré!

Sin miedo a represalias ni a consecuencias, sin ansias de poder, sin ansias de gobernar, solo un sentimiento de cambiar, yo creo en mí, y mi fe es lo suficientemente grande como para no necesitar nada más.

¿Será un cambio a mejor?, eso no depende de mí, yo os he prometido un cambio, pero que vaya a mejor o a peor no será cosa mía, dependerá de vosotros. Yo muevo la ficha, vosotros disponéis de las casillas del tablero.

Soy un simple peón que no quiso llegar hasta el borde y cambiar. Soy un simple peón que quiere cambiar cada casilla del blanco al negro, del negro al blanco, para después poder pintarlas como cada uno quiera hacerlo.

Yo no pienso vivir para siempre, pero sí quedará algo de mí. Cuando yo no esté... el pasado hablará de mí, el presenta presentará lo que fui y el futuro os recordará lo que hice.

Acuérdate de mí como una persona entre otras, pues a pesar de cambiar el mundo, no perderé mi humanidad.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Luces oscuras

Con sangre en las venas y alma en el corazón me enfrenté a mis miedos, aquellos que en el pasado me sumieron en las sombras de las que hoy emerjo, he dejado atrás la vida para sentirme vivo...

Acepté a una vida en retorcida y enrevesada, como una luna llena que no brilla y una llama que no quema, fui arrastrado por oscuras corrientes dentro de mi propio ser, entonces quise encontrar la luz... Mi mayor error. La luz en la que yo confiaba me dejó ciego, me acuchilló la vista, no pude mirar jamás a ella de nuevo... Me refugié en la oscuridad... Y desde la fría oscuridad comencé a crecer, a expandirme, veía un mundo que nunca antes se me había presentado, ahora ya no veía la sonriente vida que antes conocía, solo veía la cuchilla escondida tras la espalda que sostenía con sus manos.

Solo y con un corazón congelado comencé a andar entre los senderos de la sombra, aquellos que solo eran iluminados por la luz de la luna llena, sin farolas, sin puertas, a veces recorría calles que ni si quiera tenían suelo. Poco a poco fui descubriendo algo nuevo, algo me impulsaba a volver al mundo y a enfrentarme a lo que me había empujado a todo esto... ¿pero qué?

Día a día iba acumulando coraje, valentía, hasta que llegó el día esperado... Salí de la oscuridad para atacar a la luz que un día me cegó, pero tras la luz una persona se reía de mi lucha,

 "¿Acaso pretendes matar a una simple luz, hombre de las sombras?, ¿qué pretendes conseguir?, puede que tu premio sea que haya una farola menos en el mundo."

Sin pensar, sin ver y sin oír nada más comencé a correr hacia esa persona que de mí se reía. Me paró. Una luz se encendió de nuevo sobre nuestras cabezas y entonces le vi. El odio se hizo mucho más fuerte y me decidí a un último golpe contra ese ser que se burlaba de mí...

Ahora ya no piso las mismas calles que antes, ninguna luz me molesta y ninguna sombra me ataca... No me arrepiento de lo que hice, pero siempre me quedará aquella imagen...

La persona que se burlaba de mí y que me frenaba, la persona que eliminé de este mundo... Era yo.

lunes, 1 de octubre de 2012

The Vault (primer capítulo) 1.2

Capítulo 1.2

Por todos era sabido la existencia de aquél impacto que causó la destrucción de gran parte de la vida en la Tierra, el problema no era la noticia, si no lo que se ocultaba detrás...

Pocos sabían sobre las andanzas del "Hombre-Demonio" y la propagación que estaba haciendo por el mundo sobre la verdad. Los poderosos de la ciudad temían que esa verdad penetrara la Cúpula, pues eso supondría un grave problema para la ciudad... ¿confiarían los ciudadanos en alguien que les ha mentido durante años?

Claus S. Lamier nunca dudó de la veracidad de la historia del meteorito, pues sus padres le habían contado la historia tal y como todos los niños la sabían, pero ella no creyó que el meteorito solo dejara a Vault con vida... si ellos habían sobrevivido, otros también podrían. Durante sus visitas al pequeño bosque que la ciudad ocultaba bajo la gran cúpula, ella veía los animales que habían podido salvar, imaginaba un mundo como ese bosque, pero más grande... pero cuando pensaba en ello, unas terribles imágenes se apoderaban de su mente, sus padres les habían hablado de la existencia de Launisch Söderström, un hombre cuya sola presencia oscurecía el ambiente, un hombre que domina el mundo tras el impacto... un hombre que dejó de ser un humano a cambio del poder.

Blanco y rojo

Una noche más, las estrellas siguen en movimiento, la luna sigue su ruta, y yo... Yo no sé cómo he llegado a esto.

Solo contemplaba el resplandor de aquella luna llena, aquel destello blanco y brillante, como una perla en la oscuridad, allí arriba, tan sola como siempre, cuando... ¿cómo llegué a hacerlo?

Todos me persiguen ahora y quieren verme bajo el suelo que pisan, pero no entiendo sus razones, juro no haber sido consciente de eso, yo jamás lo hubiera hecho, pero me persiguen por ello.

Cuando volví en mí tenía sangre en mis manos y un remordimiento que aplastaba mi alma hasta hundirla en el suelo, y delante de mis ojos... el cadáver.

Soy perseguido como un lobo lo es por los cazadores, pero creo recordar que antes huían de mí, como un hombre lo hace de una manada de lobos. No entiendo nada.

La luna llena está sobre mí ahora, yo estoy mirándola... y vuelvo a sentir mi alma aplastada contra el mundo, vuelvo a ver las estrellas en movimiento... vuelvo a ver la luna siguiendo su ruta...

...Vuelvo a ser perseguido mientras limpio mis manos de sangre y un enfurecido pueblo me llama "monstruo".